Solo quienes viven amando al Señor pueden experimentar en esta vida una alegría celestial.

Al crear el Cielo y la Tierra, Dios modeló este mundo como el Reino Celestial. Dios creó este mundo para que nosotros, los seres humanos, pudiéramos vivir una vida feliz, como en el Cielo. Sin embargo, si nos fijamos en la realidad, muchas personas no sienten que esta vida sea como el Cielo. De hecho, hay quienes sienten que es como un infierno. Y lo peor es que no entienden por qué. Culpan a sí mismos, a sus trabajos o a la política, y viven desahogándose hablando mal de los demás. La razón por la que tantas personas no pueden vivir una vida parecida al cielo es porque no conocen a Dios, el Creador de este mundo, ni viven en una relación de amor con Él. Como no conocen esta verdad, viven aferrados a cosas que no les dan verdadera felicidad, creyendo falsamente que serán felices si consiguen dinero o fama. Es cierto que tener dinero o fama es mejor que no tenerlos. Pero esas cosas no son lo que puede hacer feliz a una persona durante toda su vida. Porque si uno sufre un accidente inesp...