Cielo Divino

Quienes no reciben la guía del Espíritu Santo no sabrán en qué momento se desvían en la vida.  Solo al recibir Su dirección podemos mantenernos en el camino correcto y alcanzar la verdadera prosperidad. Vivimos tiempos cada vez más caóticos, en los que muchas personas ya no saben cómo deben conducir sus vidas. En medio de esta confusión, es esencial mantenernos en el camino de la vida, alejarnos de la decadencia y la destrucción, y avanzar hacia el crecimiento y la verdadera prosperidad. Para ello, todos necesitamos la guía del Espíritu Santo. Recibir esa guía comienza con obedecer la Palabra de Dios y vivir de forma recta delante de Él. Aunque este camino no siempre sea fácil, si no seguimos la dirección del Espíritu Santo, corremos el riesgo de ser arrastrados por el camino de Satanás. Ese otro camino, por más atractivo o sencillo que parezca al principio, se vuelve cada vez más doloroso y, al final, conduce a la ruina. Por eso, aunque sea difícil, debemos esforzarnos por caminar...

Dios solo reconoce nuestra lucha cuando perseveramos hasta lograr una verdadera transformación. Dios nos llama a luchar y a esforzarnos constantemente en nuestro camino espiritual. Pero, ¿qué significa realmente luchar y esforzarse? ¿Y cómo podemos vivir de tal manera que Dios reconozca que hemos luchado con sinceridad? A veces, personas que aparentan ser creyentes nos dicen cosas como: “Estoy intentando, pero nunca voy a cambiar”, una afirmación que en realidad busca desanimarnos y hacernos creer que, por más que lo intentemos, es imposible cambiar. La verdad es esta: si no logras cambiar, es porque no has luchado lo suficiente. Y si dices que te has esforzado pero no ves resultados, es señal de que ese esfuerzo aún no ha sido completo. Dios no puede reconocer como verdadera lucha un intento superficial. Si luchas diez veces y no logras avanzar, entonces necesitas luchar veinte. Y si veinte no son suficientes, lucha treinta. Perseverar es clave. Solo cuando vivimos con esta determinac...

El Señor dijo que, en este mundo, hay dos tipos de personas. Unos son personas que pertenecen a la tierra, y otros son personas que pertenecen al cielo. Las personas que pertenecen a la tierra son aquellas que no sienten rechazo por la forma de vida común y mundana. O, aunque a veces sí sientan algo de rechazo, creen que esforzarse por dejar esa vida es mucho más difícil y doloroso, así que simplemente siguen viviendo como siempre. En cambio, las personas que pertenecen al cielo son aquellas que no soportan esa vida mundana, desean salir de ella como sea, y de verdad hacen el esfuerzo por cambiar y crecer. Entre estos dos tipos de personas hay una diferencia clara. Por eso, los que pertenecen a la tierra suelen sentir celos de los que pertenecen al cielo, y hasta los atacan. Aun así, Dios, sabiendo esto, en este tiempo final está buscando a las personas que pertenecen al cielo. Les está enseñando Su Palabra, ayudándolas a dejar la vida mundana y guiándolas para que puedan vivir en el n...

Todas las personas sueñan, en algún momento, con que algo milagroso les ocurra y su vida florezca de una forma maravillosa. Pero el destino de una persona no cambia solo por esperar sin hacer nada. Dios nos ha enseñado siempre que todo tiene su tiempo. Así como las plantas tienen un tiempo para florecer y dar fruto, también nuestra vida tiene tiempos preparados por Dios. Pero ninguna planta puede dar flores o frutos si antes no ha brotado, crecido y echado raíces en la tierra. Una planta que no ha crecido no puede florecer solo porque “le llegó el momento”. Con las personas pasa lo mismo. Solo cuando vivimos obedeciendo la Palabra de Dios, recibiendo abundantemente al Espíritu Santo y creciendo tanto en espíritu como en cuerpo, entonces, cuando llega nuestro tiempo, podemos florecer y cambiar nuestro destino de forma maravillosa. Oro de todo corazón para que cada uno de ustedes crezca día a día, siguiendo siempre la Palabra de Dios, llenos del Espíritu Santo, para que cuando llegue su ...

Las cosas del cielo son muchísimo mejores que cualquier cosa excelente que haya en este mundo. El Señor dijo que incluso lo más humilde del cielo es superior a lo mejor de este mundo. Sin embargo, incluso aquí en la tierra, las cosas realmente valiosas y de primera calidad no suelen ser apreciadas por la mayoría. Solo unos pocos entienden su verdadero valor y se esfuerzan por conseguirlas. Lo verdaderamente excelente no es necesario para la vida diaria común, por eso la mayoría de la gente ni siquiera lo mira. Al contrario, se burlan de quienes lo compran, diciendo que solo quieren aparentar. Las cosas del cielo también son así. Para la gente de este mundo, no son necesarias para vivir una vida normal, así que dicen que no las necesitan y no les prestan atención. Incluso se burlan de quienes las han recibido. Pero quienes han recibido las cosas del cielo saben lo maravillosas que son. Gracias a ellas, pueden vivir una vida rica y feliz. Por eso sienten compasión por los que no las valo...

Solo aquellos con un corazón recto pueden recibir al Espíritu Santo en abundancia.  Recibir el Espíritu Santo significa que el Espíritu celestial ha descendido sobre ellos. Dios ha declarado que este año 2025 marca el inicio del pleno desarrollo de la Era del Espíritu Santo. Estamos viviendo un tiempo en el que el Espíritu Santo ha descendido sobre nosotros, los justos, con una abundancia nunca antes vista. Su presencia nos envuelve de manera asombrosa. El Espíritu Santo se refiere a los espíritus celestiales. Recibir el Espíritu Santo significa que estos espíritus han descendido sobre nosotros. Estar llenos del Espíritu Santo implica que estos espíritus celestiales se derraman sobre nosotros en gran medida. Estos espíritus celestiales descienden, otorgándonos protección, ayuda y dirección, cuando oramos con un corazón sincero. Aunque muchas personas, incluso aquellas que no son cristianas, ofrecen oraciones en templos y santuarios, si no oran con un corazón recto, no recibirán al ...

Solo al recibir al Espíritu Santo podemos experimentar las bendiciones del cielo y traerlas a la Tierra.  Aquellos que sean capaces de llevar a cabo esta obra serán establecidos como mensajeros del cielo. El Espíritu Santo actúa como un puente entre el cielo y nosotros en la tierra, y a través de Él podemos experimentar las bendiciones del cielo. Cuanto más recibimos al Espíritu Santo, más podemos traer de lo celestial a esta tierra y transformar nuestro mundo en un reflejo del cielo. El motivo por el cual el mundo está lleno de oscuridad y maldad es que muchas personas, conectadas con Satanás, han traído a la Tierra las influencias del infierno. Como resultado, el mundo se ha convertido en un lugar sombrío. Es por eso que nosotros, los creyentes, debemos recibir abundantemente al Espíritu Santo. Solo de esa manera podremos disfrutar de las maravillas del cielo y traerlas a la Tierra. Solo entonces podremos transformar este mundo de ansiedad, preocupación y desesperación en un luga...

La ansiedad es algo que casi todos experimentan en algún momento. De hecho, según la Asociación de Ansiedad y Depresión de América, casi el 20% de los adultos en los EE. UU. sufren de uno o más trastornos de ansiedad cada año. Fuente . Yo solía ser parte de esa estadística, y la ansiedad y el miedo simplemente me parecían normales. Pero cuando comencé mi camino de fe, una de las mayores revelaciones fue darme cuenta de que el miedo y la preocupación no deberían ser normales. Antes pensaba que vivir con ansiedad era solo una parte de la vida, una forma de prepararse para los problemas y evitar cometer errores graves. La verdad, sin embargo, es que cuando dejaba que el miedo guiara mis decisiones, aunque parecieran lógicas en ese momento, mis acciones a menudo salían mal—desperdiciando dinero, creando nuevos problemas o empeorando la situación. Recientemente vi un artículo que sugería que "una cantidad saludable de ansiedad puede ser beneficiosa". Aunque eso suene razonable, yo...