La mayoría de las personas piensa que con solo poder vivir tranquilamente es suficiente, y no hacen ningún esfuerzo por conseguir lo mejor de lo mejor. Pero quienes han conseguido algo realmente excelente, ya no pueden volver a vivir sin eso, porque es tan maravilloso que ni siquiera quieren regresar a la vida que tenían antes.
Las cosas del cielo son muchísimo mejores que cualquier cosa excelente que haya en este mundo.
El Señor dijo que incluso lo más humilde del cielo es superior a lo mejor de este mundo.
Sin embargo, incluso aquí en la tierra, las cosas realmente valiosas y de primera calidad no suelen ser apreciadas por la mayoría. Solo unos pocos entienden su verdadero valor y se esfuerzan por conseguirlas.
Lo verdaderamente excelente no es necesario para la vida diaria común, por eso la mayoría de la gente ni siquiera lo mira. Al contrario, se burlan de quienes lo compran, diciendo que solo quieren aparentar.
Las cosas del cielo también son así. Para la gente de este mundo, no son necesarias para vivir una vida normal, así que dicen que no las necesitan y no les prestan atención. Incluso se burlan de quienes las han recibido.
Pero quienes han recibido las cosas del cielo saben lo maravillosas que son. Gracias a ellas, pueden vivir una vida rica y feliz. Por eso sienten compasión por los que no las valoran y tratan de compartir con ellos lo increíbles que son.
Desde lo más profundo de mi corazón, oro para que muchas personas en este mundo lleguen a conocer lo hermoso de lo que hay en el cielo, y que rodeados de esas bendiciones, puedan vivir una vida plena y feliz para siempre.
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