Los tiempos difíciles son una oportunidad para reconocer nuestros pecados Al arrepentirnos, recibimos al Espíritu Santo. Solo así podemos sentir este mundo como el Cielo.
Muchas personas sienten que este mundo es como un infierno.
De hecho, hay muchísima más gente que vive así, con dolor y desesperanza, que quienes lo viven como si fuera el Cielo.
Pero, ¿acaso Dios creó este mundo para que fuera un infierno?
Por supuesto que no.
Dios creó este mundo para que fuera un lugar celestial, donde la humanidad pudiera vivir feliz y llena de alegría.
Sin embargo, la humanidad fue engañada por Satanás, cayó en el pecado y comenzó a vivir en la maldad, por lo que el mundo se convirtió en un infierno.
Para transformar este mundo infernal en uno celestial, primero debemos recuperarnos de la Caída, arrepentirnos de todos nuestros pecados y abandonarlos.
Solo entonces podremos impedir la invasión de Satanás, estar llenos del Espíritu Santo y vivir en este mundo como el cuerpo de Dios.
A medida que más personas vivan de esta manera, el mundo se transformará en un lugar celestial.
Así es como el Señor quiere crear el Cielo en la Tierra en estos últimos días.
Espero sinceramente que cada uno de ustedes comprenda esta profunda voluntad del Señor y haga realidad el Cielo en la Tierra, alineado con Su voluntad.
Para leer el artículo original, haz clic aquí: RAPT 359 18/3/2019
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