El amor de Dios no solo llena nuestros corazones, sino que también se manifiesta de forma práctica, enriqueciendo nuestras vidas tanto espiritual como físicamente. Por eso, recibir el amor de Dios es salvación.
Satanás ha entregado muchas cosas del mundo, como riquezas, honores y poder, a los llluminati que lo adoran.
Esto puede dar la impresión de que tiene un poder que los seres humanos no poseen.
Pero como Satanás no tiene la verdad ni el amor, no puede dárselos a nadie.
Por eso, bajo su dominio, la humanidad ha vivido en un mundo lleno de mentiras, odio y engaño; un mundo sin amor.
En cambio, Dios está lleno de verdad y amor, y nos los da en abundancia.
Cuando creemos en Él, nuestras vidas se llenan de inmediato con Su verdad y Su amor. Además, Dios usa esa verdad y ese amor para guiarnos, y así podemos alcanzar todo lo bueno que este mundo ofrece.
Por eso, quienes creen en Dios pueden vivir una vida plena y bendecida, sin que les falte nada.
La diferencia entre el Cielo, creado por Dios, y el Infierno, bajo el dominio de Satanás, está precisamente en la presencia o ausencia del amor y la verdad. Y esa diferencia es inmensa.
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