No hay ni un solo día en el que esté bien perder contra Satanás. Si vives cada día dejando que Satanás te gane, con el tiempo te volverás como una herramienta suya, destruirás la voluntad de Dios y tú mismo acabarás destruido.
A través de Su Palabra, Dios nos ha enseñado que Satanás siempre está al acecho, observándonos con cuidado para destruirnos. También nos ha mostrado cómo podemos vencer a Satanás y derrotarlo por completo.
Sin embargo, como Satanás es un ser que no se puede ver con los ojos, algunas personas no se dan cuenta de que están siendo observadas o atacadas por él.
Y mientras no se dan cuenta, sin saberlo, permiten que Satanás entre en sus vidas. Entonces, él empieza a manipularlas a su antojo, no solo arruinando sus propias vidas, sino también estorbando y destruyendo la voluntad del Señor.
A una persona así, en el fondo, no se le puede decir que viva su fe según el estándar que Dios desea, sino que simplemente lleva una vida de fe basada en lo que a ella le parece suficiente.
Por eso no se da cuenta cuando Satanás entra en su vida, y termina actuando en contra de la voluntad de Dios sin preocuparse por ello, destruyendo su propia vida y también el plan del Señor, sin ni siquiera notarlo.
Dios solo reconoce y bendice a quienes lo aman de verdad en todo momento, las 24 horas del día, y vencen siempre a Satanás. Solo a esas personas les da bendiciones y les confía una misión.
Si bendijera o le diera una misión a alguien que no es así, esa persona podría cometer un error muy grave, como lo hizo Judas Iscariote, y acabar destruyendo la voluntad del Señor.
Para leer el artículo original, haz clic aquí: RAPT blog 813 12/02/2024
Image by Carl Bloch, Public domain, via Wikimedia Commons