Obedece la Palabra de Dios y Vive en Su Poder Eterno
Si no obedecemos fielmente la Palabra de Dios, no tendremos la constitución espiritual necesaria para vivir en el Cielo.
Incluso si llegamos allí, solo sentiremos dolor y nos veremos obligados a abandonarlo por nuestra propia voluntad.
Si no logramos desarrollar esa constitución para obedecer fielmente la Palabra de Dios mientras vivamos en esta tierra, nuestras almas no podrán entrar al Cielo después de la muerte.
Si vivimos de manera descuidada y a medias, sin cultivar la capacidad de obedecer fielmente la Palabra, nuestras almas no estarán preparadas para el Cielo, aunque deseemos estar allí.
Incluso si alguien llegara al Cielo por casualidad, los habitantes del Cielo lo mirarían con desdén, diciendo: "¿Por qué no puede obedecer la Palabra, aunque haya llegado aquí?" y esa persona se sentiría avergonzada.
En ese momento, le sería muy difícil permanecer en el Cielo, y lo más probable es que descienda a una dimensión espiritual más aecuada a su naturaleza.
Es similar a entrar en la Universidad de Tokio sin tener la capacidad intelectual necesaria. Aunque lograste entrar, no podrías mantener el nivel de los demás estudiantes. Serías menospreciado y te sentirías incómodo.
Por eso, mientras estemos en esta vida, debemos esforzarnos por obedecer la Palabra de Dios lo más fielmente posible, desarrollando una disposición que nos permita seguirla de corazón.
IR AL ARTÍCULO ORIGINAL: RAPT blog 895 (04/01/2025)
Image by Jean-Claude Decuyper from Pixabay