La Inmensidad del Amor de Dios
Dios desea establecer una relación de amor con nosotros, los humanos, una relación en la que nos comuniquemos de corazón a corazón.
Precisamente porque Dios es invisible, podemos establecer una comunión de amor genuina, sin pretensión.
Aunque Dios tiene la capacidad de darnos cosas materiales en abundancia, cuando se trata de establecer una relación de amor con nosotros, lo primero que hace es guiarnos para que podamos sentir Su amor, antes de darnos cosas materiales.
Él espera que sintamos Su amor por encima de todo.
Cualquiera puede dar cosas materiales sin amor, pero nadie puede hacer que otra persona sienta amor, a menos que sea genuino.
Y dado que el corazón de Dios está lleno de un amor infinitamente profundo, Él quiere que lo experimentemos de manera profunda también.
De hecho, si realmente podemos sentir el amor de Dios en nuestro corazón, no podremos evitar emocionarnos por su magnitud y profundidad, hasta el punto de que nuestro corazón tiembla.
Nos veremos impulsados, desde lo más profundo de nuestro ser, a vivir para Él.
Por eso, la invisibilidad de Dios no nos impide experimentar Su amor.
Más bien, es precisamente por ser invisible que podemos enfocarnos en el amor verdadero que se comunica directamente a nuestro corazón.
Mi oración es que cada uno de ustedes pueda sentir profundamente, infinitamente, la magnitud, la profundidad, la amplitud y la altura del amor de Dios.
Que vivan una vida bendita, siempre unidos a Él en amor eterno.
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