La fuerza de la fe y el poder de Dios
Nuestra fe es nuestra mayor herramienta.
Cuando oramos con fe, nuestra conexión con lo divino se fortalece, y esa fuerza nos impulsa a seguir adelante.
Cuanto más firme es nuestra fe, más evidente se vuelve el poder de Dios en nuestras vidas.
A través de personas con una fe sólida, ese poder puede manifestarse de manera increíble en este mundo.
A medida que crecemos en la fe, el poder de Dios se hace más real en nuestra vida diaria, y es imposible no notarlo.
Por eso, Satanás siempre intentará sabotear nuestra fe, de muchas maneras.
Su táctica más común es hacernos dudar de la existencia de Dios, engañándonos con la idea de que "no hay nada más allá de lo que vemos".
El objetivo de todo esto es frenar la acción de Dios en la Tierra.
Si nos hace pensar que no hay poder divino, entonces, según su lógica, el mundo estaría completamente a merced de la tristeza, la confusión y el caos.
Y muchas veces, esa es la realidad en la que viven las personas que se han dejado llevar por ese engaño.
Pero la buena noticia es que el poder de Dios siempre está presente para aquellos que confiamos en Él.
Cuando oramos con fe, vemos que nuestras peticiones son respondidas, una tras otra.
Y lo mejor de todo es que podemos vivir con una paz increíble, experimentando milagros y señales divinas casi a diario.
Existe una diferencia enorme entre vivir con Dios actuando en tu vida y vivir sin Su presencia.
Sin embargo, muchas personas en el mundo no logran reconocer esta verdad, ya que están atrapadas en la idea de que todo depende solo de sus esfuerzos.
Deseo que todo el mundo pueda ver la mano de Dios en la tierra y vivir una vida con una paz increíble.
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