Tanto el dinero terrenal como el celestial son difíciles de obtener, pero ambos traen alegría cuando se gastan. Sin embargo, mientras que el dinero de la tierra tiene límites en la felicidad que puede ofrecer, el dinero celestial no tiene fin en su dicha.
Tanto el dinero terrenal como el celestial son difíciles de obtener, pero ambos traen alegría cuando se gastan.
Sin embargo, mientras que el dinero de la tierra tiene límites en la felicidad que puede ofrecer, el dinero celestial no tiene fin en su dicha.
Jesús nos enseñó en la Biblia que no acumuláramos riquezas en la tierra, sino en el cielo.
Es cierto que ganar dinero en este mundo no es fácil, pero cuando lo gastas en lo que realmente necesitas o deseas, te da una gran satisfacción.
De la misma manera, acumular riquezas en el cielo puede ser un desafío, pero cuando las utilizas, experimentas una alegría inmensa, ya que con ellas consigues cosas que el dinero terrenal no puede comprar.
Dios también nos enseñó que, por mucho que trabajemos en este mundo, nuestra recompensa será limitada. En cambio, si trabajas para Él, nuestra recompensa en el cielo será mucho mayor, como si fuera una fortuna incalculable.
Por eso, Dios nos dijo que no pongamos nuestro esfuerzo solo en acumular riquezas terrenales, sino que busquemos las riquezas eternas.
Mi oración es que todos y cada uno de ustedes puedan experimentar la alegría de acumular tesoros en el cielo y vivan una vida plena, llenos de bendiciones que no podemos ni inimaginar, tanto en esta vida como en la siguiente.
(Text original: RAPT blog 868 21Sep2024)
Image by Soofia Tailor from Pixabay
#vida #felicidad #seguridad #dios #diosesbueno #dinero #trabajo