Un bache en tu vida: una oportunidad para volver a Dios y experimentar la transformación

 

Ya sea que Dios proclame palabras duras, juzgue o castigue a alguien, todo se hace con el propósito de guiar a la humanidad hacia la felicidad.

Cuando Dios proclama palabras duras o impone juicio, no lo hace para condenar ni destruir a la humanidad.

Dios actúa de esta manera porque su deseo es que la humanidad se salve y viva una vida llena de bendiciones y gracia.

Para que los seres humanos sigamos el camino correcto, necesitamos una disciplina y educación estrictas. Sin embargo, en este mundo, aunque recibamos disciplina o educación de los demás, estas no siempre nos conducen a la felicidad e incluso pueden generar infelicidad.

Sin embargo, si alguien recibe educación a través de las Palabras de Dios, podrá vivir una vida plena, llena de gracia y bendiciones.

A veces, para que podamos comprender esta verdad, Dios pronuncia palabras severas o nos enfrenta a juicios duros.

En primer lugar, si una persona no obedece las Palabras de Dios, aunque Él no juzgue cada caso por separado, las consecuencias naturales de esa desobediencia se traducirán en desastres, llevando a un final infeliz. Por otro lado, si esa persona obedece las Palabras de Dios, las bendiciones fluirán de manera natural, y vivirá una vida feliz, incluso sin que Dios intervenga directamente para otorgárselas.

Esta es una ley eterna, que se aplica tanto en el Cielo como en la Tierra, al igual que las leyes físicas, como el hecho de que el agua se evapora cuando hace calor y se congela cuando hace frío.

Dios entiende que esta ley divina opera en el mundo, por lo que nos ha dado Su Palabra, para evitar que suframos desastres y, en su lugar, vivir llenos de la gracia que Él nos ofrece.

Mi oración es que cada uno de ustedes pueda reconocer el profundo amor de Dios, escuche obedientemente Sus palabras y viva una vida plena, feliz y llena de gracia.

IR AL ARTÍCULO ORIGINAL: RAPT blog 806 (15/01/2024)