Vivir con propósito: cómo el crecimiento espiritual nos fortalece de verdad
El propósito de nuestra vida es salvar y hacer crecer nuestras almas espirituales.
Como he dicho en varias ocasiones, Dios nos creó para salvar y hacer crecer nuestras almas espirituales, usando nuestros cuerpos físicos como el fundamento para ello.
Al igual que un feto se desarrolla dentro del vientre materno antes de nacer, nuestras almas también se desarrollan dentro de la "placenta" de nuestro cuerpo físico, antes de poder vivir para siempre en el Cielo como almas espirituales completas.
Sin embargo, no somos conscientes de este verdadero propósito de la vida y, por eso, nos vemos atrapados en la idea de vivir solo para cuidar nuestros cuerpos y hacer que luzcan bien.
Hemos sido engañados por Satanás y muchas veces vivimos pensando que esta vida física es todo lo que existe.
Por eso, solemos invertir todo nuestro tiempo y dinero en cuidar solo nuestros cuerpos, mientras descuidamos nuestras almas, lo que nos lleva a vivir de manera que nos corrompe.
El cuerpo humano tiene un tiempo limitado de vida, por lo que podríamos verlo como una crisálida. Dentro de ella, el alma espiritual crece hasta convertirse en una hermosa mariposa.
Y dado que Dios creó nuestros cuerpos con este propósito, si vivimos plenamente con todo nuestro ser enfocado en la salvación y el crecimiento de nuestras almas espirituales, naturalmente viviremos en armonía con Dios.
Esto se debe a que las personas que comparten un mismo propósito logran profundizar en su comprensión y amor mutuo.
IR AL ARTÍCULO ORIGINAL: RAPT blog 284 (11/06/2018)
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