Solo quien vive entregando su vida por la salvación de la humanidad puede recibir la salvación completa.

Nosotros, que hemos sido salvados por el Señor, ahora que hemos recibido la salvación, debemos a nuestra vez salvar a los demás. Hasta ahora, el Señor nos ha dicho: «Sed como Dios», y ese Dios es Aquel que vive pensando, por encima de todo, en la salvación de la humanidad. Por eso, si nos esforzamos por llegar a ser como el Señor, naturalmente viviremos como Él, poniendo en primer lugar la salvación de la humanidad. Si alguien dice que está obedeciendo la Palabra, pero pasa el tiempo sin intentar salvar a nadie y sin poder salvar realmente a nadie, en realidad esa persona no ha estado obedeciendo la Palabra. El Señor dijo que si vivimos cada día entregando nuestra vida por la salvación de la humanidad, como lo hace Él, en ese momento nuestra propia salvación también se habrá completado. Ya que hemos sido salvados por el Señor, ahora debemos convertirnos en aquellos que cumplen el deseo del Señor, salvando a la humanidad. Solo así este mundo podrá transformarse de un mundo de maldad en ...